Mientras entran en etapa final los análisis climáticos e hidrológicos del trimestre, la provincia anticipó que la altura del río Paraná se moverá entre niveles medios y medios-bajos durante diciembre de 2025 y enero de 2026, en un contexto de lluvias inferiores a lo habitual y con una tendencia marcada hacia condiciones de La Niña.

Altura del río Paraná: proyección para el verano

Los estudios más recientes señalan que el sistema climático conocido como ENOS (El Niño–Oscilación del Sur) transita una fase neutral, con probabilidades de evolucionar hacia La Niña en los próximos meses. Este sistema incluye tres fases —El Niño, La Niña y la fase neutral— y ejerce una influencia directa en las lluvias y los caudales de los principales ríos del país.

La tendencia hacia La Niña explica la expectativa de niveles moderados en el Paraná, sin indicios de crecidas extraordinarias durante el corto plazo. Para 2026, las proyecciones indican que La Niña comenzará a disminuir hacia marzo, dando paso a un retorno progresivo a condiciones neutrales que podrían mantenerse hasta mediados del año.

Un seguimiento con más de 100 estaciones de medición

La provincia realiza un monitoreo permanente con una red de 50 estaciones hidrométricas propias que, sumadas a las administradas a nivel nacional, conforman alrededor de 100 puntos de medición en todo el territorio. Este sistema permite analizar el comportamiento del río y anticipar posibles escenarios de riesgo.

Los relevamientos incluyen aforos para medir caudales y batimetrías para obtener perfiles subacuáticos, datos clave para planificar acciones de prevención y coordinar medidas con municipios y comunas.

Lluvias por debajo de lo normal en gran parte de la región

El pronóstico trimestral indica que el litoral mesopotámico registrará precipitaciones inferiores a lo habitual. En el oeste provincial, y en zonas del centro del país, se esperan lluvias entre normales e inferiores a lo normal.

Las subcuencas brasileñas de los ríos Paraná y Paraguay presentan niveles de humedad entre normales y secos, mientras que el sistema de embalses del Paraná superior mantiene un almacenamiento cercano al 65 %, un nivel esperado para esta época del año pero sin excedentes que pudieran generar crecidas significativas.

Qué se espera para los próximos meses

Con este escenario climático e hidrológico, el comportamiento del río se ubica dentro de los parámetros previstos para un verano influido por La Niña: niveles moderados, ausencia de crecidas extraordinarias en el corto plazo y un monitoreo permanente para anticipar cambios.