Ola de calor en Rosario: hasta 39 grados para Año Nuevo y el inicio de 2026
Con máximas de 39 grados, Rosario recibirá el Año Nuevo bajo una ola de calor que se extenderá a los primeros días de 2026, con noches muy cálidas
Tal como anticipan los pronósticos meteorológicos, este verano en Rosario será más caluroso de lo habitual y el Año Nuevo llegará con una ola de calor que se extenderá durante los primeros días de 2026. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) prevé una temperatura máxima de 39 grados para el 31 de diciembre y un leve descenso para el 1 de enero, con una máxima estimada de 36 grados.
Para la primera semana de enero de 2026, las temperaturas máximas se mantendrán elevadas, con valores que oscilarán entre los 32 y 34 grados. No obstante, el aspecto más relevante del período serán las temperaturas mínimas, que no descenderán de los 24 grados, limitando el descanso nocturno y prolongando la sensación térmica alta durante varios días consecutivos.
Durante este trimestre, Rosario quedará comprendida dentro de una franja del país donde el calor tendrá un rol predominante. Las condiciones previstas indican una persistencia de masas de aire cálido, con escasa variabilidad térmica y una sucesión de jornadas con temperaturas por encima de los valores normales para la época.

Verano 2026 en Rosario: más que una ola de calor
Las proyecciones climáticas coinciden en que el verano 2026 presentará una mayor frecuencia de días muy calurosos en Rosario. Enero y febrero concentrarán la mayor cantidad de jornadas con temperaturas máximas superiores al promedio histórico, configurando un escenario de calor sostenido.
A este contexto se sumará la continuidad de noches cálidas, con mínimas elevadas que reducen el enfriamiento nocturno habitual. Esta combinación incrementa el impacto acumulado del calor y extiende los efectos de cada ola de calor más allá de las horas diurnas.
Uno de los factores que explica este comportamiento es la influencia de La Niña, un fenómeno climático que modifica los patrones de temperatura y precipitaciones en gran parte de Sudamérica. En la región central de Argentina, su presencia suele asociarse a veranos más secos y con temperaturas más altas.
Para esta temporada, La Niña aparece como un elemento relevante especialmente durante enero. Con el avance del verano, su influencia tenderá a debilitarse y dar paso a condiciones más neutras, aunque los efectos térmicos acumulados podrían mantenerse durante varias semanas en la región.