Este domingo 14 de diciembre, durante las celebraciones de Janucá, un incidente registrado en Bondi Beach, en la ciudad de Sídney, del que participaron dos tiradores, dejó 11 personas fallecidas. Tras ese hecho, las autoridades informaron que el nivel oficial de riesgo de un atentado en Australia se mantiene en la categoría Probable, dentro del sistema nacional de evaluación de amenazas.

Australia utiliza una escala de cinco niveles para comunicar a la población la probabilidad de un ataque terrorista. Estos niveles, ordenados de mayor a menor riesgo, son: Cierto, Esperado, Probable, Posible y No esperado. El nivel Probable se ubica en el punto intermedio de la escala y se aplica cuando los organismos de seguridad consideran que existe una posibilidad concreta de planificación o intento de ataque dentro de un horizonte de doce meses.

Las autoridades explicaron que esta clasificación no responde a un episodio puntual, sino que surge de un análisis permanente del contexto de seguridad nacional e internacional. En ese marco, señalaron que el escenario actual presenta un período de mayor sensibilidad, con amenazas que pueden evolucionar con rapidez, aunque sin información específica sobre ataques inminentes.

De acuerdo con los lineamientos oficiales, en caso de producirse un atentado, el escenario más probable involucraría métodos simples y de bajo costo, con acciones llevadas adelante por individuos o pequeños grupos. También indicaron que los espacios urbanos con alta concentración de personas suelen considerarse los objetivos más probables dentro de este tipo de evaluaciones preventivas.

El gobierno aclaró que el nivel Probable no implica una alerta concreta ni requiere cambios en la vida cotidiana de la población.

El sistema de amenazas funciona como una herramienta de información general para que ciudadanos, instituciones y empresas mantengan un nivel razonable de atención ante posibles actualizaciones.

En este contexto, el mensaje oficial apunta a la calma y a la atención responsable, destacando que los organismos de seguridad continúan monitoreando la situación de forma permanente y ajustan sus evaluaciones según la evolución del escenario local e internacional.

El nivel de amenaza se revisa de manera periódica y puede modificarse si cambian las condiciones generales.