Luego de años de inactividad tras la pandemia, el Barco Ciudad de Rosario tiene nuevos dueños: según confirmaron fuentes vinculadas a la embarcación, el icónico navío iniciará un proceso de recuperación para volver a recorrer el río Paraná y ofrecer sus tradicionales paseos a partir de 2026.

Actualmente, la nave se encuentra amarrada en la isla El Charigüé a la espera de los fondos necesarios para su puesta en marcha. La crisis sanitaria del COVID-19, sumada a la bajante histórica del río Paraná, provocó que el barco quedara fuera de servicio y sin el mantenimiento requerido ante tales condiciones extremas.

El plan de recuperación del Barco Ciudad de Rosario para 2026

Los nuevos propietarios del Barco Ciudad de Rosario son un grupo de emprendedores locales. El proyecto de reactivación contempla tres ejes fundamentales:

• Ajustes mecánicos: puesta a punto de los dos motores y la usina eléctrica propia.
• Acondicionamiento: tareas de mantenimiento en los salones y áreas comunes.
• Normativa: cumplimiento de trámites legales y la revisión técnica obligatoria para garantizar la seguridad de la navegación.

Historia de un símbolo de la náutica local

La historia de esta embarcación comenzó mucho antes de su primer viaje en febrero de 1971. Su mentor, el pionero Raúl Oficialdegui, adquirió un buque de bandera brasileña en desuso con el objetivo de reconstruirlo íntegramente.

Entre 1964 y 1971, el Barco Ciudad de Rosario fue reconstruido en el astillero Riguetti, ubicado frente al estadio de Rosario Central. Este proceso lo consagró como la primera embarcación de su tipo hecha a nuevo en la ciudad, marcando un hito en la industria naval de la región.

Características técnicas y capacidad

Con capacidad para 300 pasajeros, el navío fue el gran pionero del turismo fluvial en la zona. Las especificaciones técnicas principales son las siguientes:

• Dimensiones: 31 metros de eslora y 6,45 metros de manga.
• Comodidades: salones con aire acondicionado, bar americano y pista de baile alfombrada.
• Infraestructura: doble motorización y generación de energía propia.

El regreso de este gigante del Paraná representa la recuperación de un activo turístico y de un emblema de la identidad santafesina.