Así quedó la renovación del Pasaje Juramento, la Catedral de Rosario y el Palacio de los Leones
Este sábado 25 de octubre se inauguraron las obras de restauración del Pasaje Juramento, la Catedral de Rosario y el Palacio de los Leones
Como parte de los festejos por el Tricentenario y de su legado urbanístico, el núcleo histórico de la ciudad, donde nació y dio sus primeros pasos, fue objeto de significativos trabajos de mejoras y de restauración. En ese marco de celebraciones, este sábado 25 de octubre volvieron a salir a escena, totalmente renovados, el Pasaje Juramento y las esculturas de Lola Mora, el Palacio Municipal y la Catedral de Rosario.
«Hoy estamos recuperando parte de lo mejor de nuestra historia: la Catedral, sin duda nuestro primer gran edificio; el Palacio Municipal, nuestro otro gran edificio del siglo XIX, y el pasaje Juramento, que fue en el siglo XX, lo que marcó un cambio en la visión de nuestra unión con la bandera a partir del Monumento y de la recuperación de las estatuas de Lola Mora. «La verdad es que es un lugar que a nosotros nos gusta que la gente venga a visitar. Y había que ponerlo como tiene que estar en este Tricentenario», dijo el intendente de Rosario, Pablo Javkin.
Desde las 18, el Palacio Municipal abrió sus puertas con visitas guiadas, invitando a recorrer su historia y su arquitectura, también restaurada en el marco de las obras del Tricentenario. Dada la gran convocatoria que generó la propuesta, la misma se replicará todos los sábados de noviembre para quienes deseen acercarse a compartir la belleza e historia de uno de los edificios emblemas de la ciudad.

Cómo fueron las obras
En el lugar donde se situaron las primeras piedras con las que se comenzó a construir la capilla, alrededor de la que se desarrolló la ciudad, la Municipalidad realizó tareas de mejoras en obras que buscan dejar valiosos legados que servirán de manual de dirección para seguir creciendo, mirando de frente al futuro. Esta transformación urbana que promueve las obras que se impulsan por los 300 años, también busca acentuar el perfil de una ciudad turística, de brazos abiertos, de sacrificio y esfuerzo, que sigue enfocando hacia adelante, por su propia decisión.
En ese escenario festivo por el importante aniversario, se llevaron adelante intervenciones en el Pasaje Juramento, que se extendieron al espejo de agua y las esculturas de Lola Mora. En esa misma dirección, se ejecutaron tareas de restauración de las fachadas del Palacio Municipal y de la Catedral. Más adelante, a principios de diciembre de este año, se estarán finalizando los trabajos de renovación en la plaza 25 de Mayo, que completará la ambiciosa reconversión en todo ese sector, de gran trascendencia histórica.

El Pasaje Juramento
En ese sector tan tradicional, que conecta de manera peatonal el Propileo del Monumento Nacional a la Bandera con la plaza 25 de Mayo, se realizaron mejoras muy importantes en la fuente y también sobre las esculturas de Lola Mora, que permitieron recuperar su esplendor artístico.
Además, se retiró el piso anterior de placas de mármol de Carrara, que estaba en un estado muy deteriorado, se ejecutaron carpetas, contrapisos, y se colocó un nuevo piso tipo Dekton Danae, con placas de 1.42 m x 0.71 m, que cuenta con tecnología antideslizante, un material adecuado para el alto tránsito que hay en ese trayecto.
También se reparó y se puso en funcionamiento la emblemática fuente de agua, trabajos que comprendieron retiros de revestimiento de canto rodado, impermeabilizaciones, sellados, carpetas, tareas en el sistema hidráulico, y en la instalación eléctrica.
A su vez, se llevaron adelante trabajos de parquización en el talud lindero al Palacio Municipal. Los arreglos incluyeron la iluminación en ese sector que contará con dispositivos especiales alrededor de las esculturas.

El Palacio de los Leones
En tanto, en el Palacio de los Leones se realizaron tareas de restauración en la fachada sobre calle Buenos Aires. Y, aprovechando esos trabajos en el frente y los arreglos que se hicieron en los sectores de mampostería con riesgo de derrumbe, se llevaron adelante tareas de pintura que le devolvieron su color original.
La obra abarcó también tareas de refacción en balcones, molduras y revoques y, al mismo tiempo, se impermeabilizaron las terrazas.
En el hall de ingreso se realizaron modificaciones, al igual que en la iluminación general del lugar. Más allá de eso, el mayor grado de atracción en esta transformación tiene que ver con el cambio de color sobre la fachada. Es que, después de décadas, el Palacio de los Leones dejó su color entre rosado y salmón y volvió a lucir su fachada original, un tono cercano al color arena.
Fue una tarea que requirió trabajos muy complejos, ya que el emblemático edificio contaba con diversas capas de pintura a lo largo de sus 130 años de historia y, para poder lograr y reconstruir esa tonalidad, se debió escarbar capa por capa. Se llevó adelante un abordaje que se hizo con muchísimo cuidado y personal especializado. Y se fue evaluando a nivel cromático las partículas que iban quedando, y de esa manera se arribó a la muestra más exacta de lo que fue el color original, para devolverle el aspecto original de principios del siglo XX.
Desde la Municipalidad, se buscó el color más fiel en relación al que tuvo en los inicios, en los comienzos de la ciudad. Vale precisar que, ya finalizada esta primera etapa en el Palacio Municipal, la obra continuará sobre calle Santa Fe, donde también existen deterioros importantes en su fachada.

La Catedral de Rosario
Otro foco muy importante en estas tareas de transformación de todo el casco céntrico se situaron en la restauración llevada adelante en la Catedral Basílica Nuestra Señora del Rosario, que incluyeron trabajos de recuperación en las fachadas, las terrazas, y en las torres del edificio histórico. La acción incluyó además a la Casa Parroquial.
En el edificio, probablemente el de mayor relevancia histórica, porque alrededor de él comenzó a crecer la ciudad, se modificó de manera completa la cubierta de chapa, se impermeabilizaron las terrazas, la cúpula mayor y las menores, y se efectuaron trabajos de pintura general, a la par que se reconstruyeron las cornisas y las molduras. A su vez, se repararon los revoques con nuevos, idénticos a los originales.
Además, se implementaron nuevas instalaciones eléctricas para cada terraza, se restauraron objetos y esculturas de metal, se pintaron aberturas, y se trabajó sobre la protección de la herrería y se restauró la existente. Y se colocó nueva zinguería.
Al igual que con el Palacio de los Leones, el nuevo sistema de luces posibilitó que este edificio de gran valor patrimonial resplandeciera y se pudiera contemplar sus virtudes arquitectónicas, con sus numerosos relieves, cornisas e imágenes.