Tal como adelantó ROSARIOTIMES.com®, desde esta semana, Alto Rosario se convirtió en el primer shopping pet-friendly de la ciudad, abriendo un nuevo abanico de posibilidades para los clientes, que ahora podrán recorrer el centro comercial acompañados de sus mascotas, mientras hacen compras o disfrutan de un café en tiendas como Starbucks, aunque, por supuesto, hay que tener en cuenta reglas básicas para la buena convivencia.

Las únicas áreas restringidas para las mascotas son el patio de comidas y los sanitarios, y los locales más amigables con los perros cuentan con una clara identificación.

¿Cómo funciona el primer shopping pet-friendly?

Con esta iniciativa, Alto Rosario incorporó bebederos especiales y un esquema de pautas simples para ordenar el recorrido de quienes ingresen con sus mascotas. La idea es facilitar un paseo práctico tanto para quienes visitan el centro comercial con animales como para quienes lo hacen sin ellos, manteniendo un flujo cómodo en los pasillos y accesos principales.

Los locales que aceptan animales están identificados y los sectores permitidos ofrecen buena circulación, siempre que los dueños mantengan el control del animal y utilicen correa en todo momento.

Reglas básicas que deben respetarse

El protocolo establece indicaciones concretas: ingresar con correa de hasta 1,20 metros de largo, chapita identificatorio, evitar que las mascotas bloqueen accesos o pasillos, limpiar cualquier incidente que pueda ocurrir y respetar los espacios donde el ingreso no está permitido —entre ellos, el patio de comidas y los sanitarios—. Son normas pensadas para evitar problemas y garantizar un recorrido ordenado para todos.

También se recomienda evitar ruidos innecesarios y asegurarse de que los animales no interfieran con la actividad habitual del complejo.

Una propuesta que se suma al uso cotidiano del shopping

Desde elf shopping destacaron que muchos visitantes venían solicitando la posibilidad de recorrer el centro comercial con sus mascotas, y que disponer de un formato pet-friendly era una adaptación esperable al comportamiento actual del público. La incorporación de bebederos, señalización y pautas claras apunta a que el paseo resulte más práctico y previsible para quienes eligen el complejo en distintas actividades del día.